EFRAIN T. QUINTEROS- Cura Párroco
Historia de
‘El Santo Cristo
de la Escuela
Popularmente
“ LOS SANTOS CRISTOS"
QUE SE VENERA EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE LEONES, PROVINCIA DE
CORDOBA, OBISPADO DE VILLA MARIA, REPUBLICA ARGENTINA.
Origen y desarrollo de esta devoción
Historia de
‘El Santo Cristo
de la Escuela
Popularmente
“ LOS SANTOS CRISTOS"
QUE SE VENERA EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE LEONES, PROVINCIA DE
CORDOBA, OBISPADO DE VILLA MARIA, REPUBLICA ARGENTINA.
Origen y desarrollo de esta devoción
APROBACION ECLESIASTICA
A continuación van los documentos que a tal aprobación y permiso de publicación se refieren: “Leones. Agosto 9 de 1 952. Excmo. y Rvmo. Mons . Dr. Fermín E. Lafitte. Córdoba. Excelentísimo Señor ArzobispoAnte V.E.R. con el debido respeto, expongo lo siguiente: Me ha parecido que era para mí —conocedor del origen y desarrollo de la devoción del Santo Cristo de la Escuela— un deber de conciencia el dejar consignado por escrito el historial glorioso de (‘sic culto. “Para cumplir con esta obligación, en mi descargo. vengo por la presente a someter a la censura, que previenen los Sagrados cánones, y a solicitar el imprima tun de estas páginas, que he titulado: “Historia de “El Santo Cristo de la Escuela”, popularmente “Los Santos Cristos”. Que se veneran en la iglesia parroquial de LEONES, Provincia y Arzobispado de Córdoba (República Argentina). Origen y desarrollo de esta devoción’ Páginas que fueron escritas en los breves ratos que, de tanto en tanto, permitíame disponer un largo y pesado ministerio de vida parroquial “Satisfecho de haber podido dar término a lo anhelado, para gloria del Divino Redentor, me someto en todo al superior criterio de V.E.R., a quien Dios guarde muchos años. Efraín T. Quinteros, Cura Párroco”. “Córdoba, 22 de Agosto de 1 952
“VISTA: pase con carácter de atenta nota de envío al Sr. Pbro. AUGUSTO M. PICCA, para que como “Censor Ad Hoc” Nos informe al pie, sobre el particular. Fdo. Juan A. Rodríguez, Vicario General. Enrique Angelelli, Sub—secretario “.
“Ilmo. y Rvmo. Sr. Vicario General. S/D. He leído con toda detención la Historia del Santo Cristo de la Escuela, escrita por el Sr. Cura Párroco de Leones, Pbro. D. Efraín T. Quinteros, que V.S. Ilma. me ha entregado para que lo examinara con calidad de Censor Eclesiástico.
A continuación van los documentos que a tal aprobación y permiso de publicación se refieren: “Leones. Agosto 9 de 1 952. Excmo. y Rvmo. Mons . Dr. Fermín E. Lafitte. Córdoba. Excelentísimo Señor ArzobispoAnte V.E.R. con el debido respeto, expongo lo siguiente: Me ha parecido que era para mí —conocedor del origen y desarrollo de la devoción del Santo Cristo de la Escuela— un deber de conciencia el dejar consignado por escrito el historial glorioso de (‘sic culto. “Para cumplir con esta obligación, en mi descargo. vengo por la presente a someter a la censura, que previenen los Sagrados cánones, y a solicitar el imprima tun de estas páginas, que he titulado: “Historia de “El Santo Cristo de la Escuela”, popularmente “Los Santos Cristos”. Que se veneran en la iglesia parroquial de LEONES, Provincia y Arzobispado de Córdoba (República Argentina). Origen y desarrollo de esta devoción’ Páginas que fueron escritas en los breves ratos que, de tanto en tanto, permitíame disponer un largo y pesado ministerio de vida parroquial “Satisfecho de haber podido dar término a lo anhelado, para gloria del Divino Redentor, me someto en todo al superior criterio de V.E.R., a quien Dios guarde muchos años. Efraín T. Quinteros, Cura Párroco”. “Córdoba, 22 de Agosto de 1 952
“VISTA: pase con carácter de atenta nota de envío al Sr. Pbro. AUGUSTO M. PICCA, para que como “Censor Ad Hoc” Nos informe al pie, sobre el particular. Fdo. Juan A. Rodríguez, Vicario General. Enrique Angelelli, Sub—secretario “.
“Ilmo. y Rvmo. Sr. Vicario General. S/D. He leído con toda detención la Historia del Santo Cristo de la Escuela, escrita por el Sr. Cura Párroco de Leones, Pbro. D. Efraín T. Quinteros, que V.S. Ilma. me ha entregado para que lo examinara con calidad de Censor Eclesiástico.
“Debo manifestar a V. E. Ilma. que no solamente no encontrado nada contra la fe y las buenas costumbres en opúsculo de referencia; sino que todo es allí muy edificante. “Los hechos se refieren a la luz de documentos auténticos; la historia, en suma, se escribe con unción y belleza literaria. “Pensamos que el referido opúsculo será de sumo provecho para la difusión de una devoción tan recia como es la de Los Santo Cristos. “Cumplido lo dispuesto por V.S. Ilma. lo saludo respetuosamente s.s. en Cristo. Firmado: Augusto M. Picca. Censor “ad hoc”
“CORDOBA, 22 de Setiembre de mil novecientos cincuenta y dos. — VISTA la solicitud precedente y el Informe del Sr. Censar “Ad hoc” PERMITIMOS la impresión del opúsculo “LOS SANTOS CRISTOS”, con cargo de enviar dos ejemplares impresos Vicaría General, para su archivo. Tómese razón y notifíquese quienes corresponda. Firmado: Juan A. Rodriguez Vicario Generall. José Tristán Liendo, Prosecretario”
llmo. Mons. Efrain Quinteros, Cura Párroco de Leones. S/D
Estimado Monseñor:
He leído varias veces “La Historia del Santo Cristo de la Escuela”. Con la hermosa doctrina del Con. Vat. II vemos plenamente confirmada el culto a las Imágenes Sagradas. Creo que la publicación de “La Historia del Santo Cristo de la Escuela”, será de mucho provecho espiritual para la grey católica.Cuente desde ya, con mi aprobación y bendición paternal, para la iniciativa de divulgar más el conocimiento de la devoción a Jesús Crucificado. Suyo cordialmente en Jesús Crucificado.
Mons. Alberto Deane. Obispo de Villa María.
Abril 11 de 1976
“CORDOBA, 22 de Setiembre de mil novecientos cincuenta y dos. — VISTA la solicitud precedente y el Informe del Sr. Censar “Ad hoc” PERMITIMOS la impresión del opúsculo “LOS SANTOS CRISTOS”, con cargo de enviar dos ejemplares impresos Vicaría General, para su archivo. Tómese razón y notifíquese quienes corresponda. Firmado: Juan A. Rodriguez Vicario Generall. José Tristán Liendo, Prosecretario”
llmo. Mons. Efrain Quinteros, Cura Párroco de Leones. S/D
Estimado Monseñor:
He leído varias veces “La Historia del Santo Cristo de la Escuela”. Con la hermosa doctrina del Con. Vat. II vemos plenamente confirmada el culto a las Imágenes Sagradas. Creo que la publicación de “La Historia del Santo Cristo de la Escuela”, será de mucho provecho espiritual para la grey católica.Cuente desde ya, con mi aprobación y bendición paternal, para la iniciativa de divulgar más el conocimiento de la devoción a Jesús Crucificado. Suyo cordialmente en Jesús Crucificado.
Mons. Alberto Deane. Obispo de Villa María.
Abril 11 de 1976
Prólogo
Las páginas que siguen, humildes y sinceras, no tienen otra finalidad que hacer conocer (‘Sta devoción nueva que los fieles han dado en llamar de “Los Santos Cristos “, y que, partiendo de la parroquia de Leones, extiende ya sus ramas vigorosas más allá de los límites de la Arquidiócesis de Córdoba, y cuyos frutos se aprecían en casi lodos los confines de la Patria. A decir que es esto de “Los Santos Cristos “, cual es su origen. cómo nació y creció esta devoción, en una palabra, a hacer historia, a eso vienen estas páginas. Y a evitar que alrededor de esta piedad, hoy sólida y robusta, pueda adherirse algo que huela a superstición, a todo eso contribuirán estos apuntes hilvanados por quien ha tenido el honor, como Cura de esta importante y floreciente parroquia de Leones, de asistir a todo el proceso evolutivo de esta devoción desde su comienzo. Sin méritos de escritor para empresas literarias, se atreve, con todo, a emprender esta tarea en forma humilde, que de no haberla realizado, al menos para que conste en el archivo parroquial, hubiérale quedado al párroco que suscribe el remordimiento de no haber contribuido a la Gloria de Nuestro Señor, que tan espléndido se ha manifestado en sus dones y mercedes, haciendo a esta parroquia centro vivo de fe, y a donde acuden devotos de todos los rumbos a cumplir promesas y a pedir favores a los prodigiosos Crucifijos. Dígnese, pueS, el Sagrado Corazón de Jesús aceptar y bendecir estas líneas, que solo llevan ansias de encender en los corazones la llama de la fe y la confianza en El, pretendiendo ser el eco de la imperecedera gratitud del cura y fieles de Leones a su Divino Corazón.
Efraín T. Quinteros Cura Párroco
Leones, Marzo 6 de1951
Las páginas que siguen, humildes y sinceras, no tienen otra finalidad que hacer conocer (‘Sta devoción nueva que los fieles han dado en llamar de “Los Santos Cristos “, y que, partiendo de la parroquia de Leones, extiende ya sus ramas vigorosas más allá de los límites de la Arquidiócesis de Córdoba, y cuyos frutos se aprecían en casi lodos los confines de la Patria. A decir que es esto de “Los Santos Cristos “, cual es su origen. cómo nació y creció esta devoción, en una palabra, a hacer historia, a eso vienen estas páginas. Y a evitar que alrededor de esta piedad, hoy sólida y robusta, pueda adherirse algo que huela a superstición, a todo eso contribuirán estos apuntes hilvanados por quien ha tenido el honor, como Cura de esta importante y floreciente parroquia de Leones, de asistir a todo el proceso evolutivo de esta devoción desde su comienzo. Sin méritos de escritor para empresas literarias, se atreve, con todo, a emprender esta tarea en forma humilde, que de no haberla realizado, al menos para que conste en el archivo parroquial, hubiérale quedado al párroco que suscribe el remordimiento de no haber contribuido a la Gloria de Nuestro Señor, que tan espléndido se ha manifestado en sus dones y mercedes, haciendo a esta parroquia centro vivo de fe, y a donde acuden devotos de todos los rumbos a cumplir promesas y a pedir favores a los prodigiosos Crucifijos. Dígnese, pueS, el Sagrado Corazón de Jesús aceptar y bendecir estas líneas, que solo llevan ansias de encender en los corazones la llama de la fe y la confianza en El, pretendiendo ser el eco de la imperecedera gratitud del cura y fieles de Leones a su Divino Corazón.
Efraín T. Quinteros Cura Párroco
Leones, Marzo 6 de1951
Capítulo 1
LOS CRUCIFIJOS EN LA ESCUELA MUNICIPAL DEL BARRIO “LA FORTUNA”
Hace más de un cuarto de siglo en el barrio más humilde de Leones no había escuela. La Parroquia fue la primera en llevar los beneficios de la instrucción a ese sector de la población. Años después la Municipalidad de Leones, con mayores recursos que la parroquia, instaló una escuela municipal, que cronológicamente sucedió a la modesta escuelita parroquial. En el año 1937 el Consejo Catequístico Parroquial tuvo la feliz idea de solicitar al Señor Intendente Municipal el permiso para colocar crucifijos en las dos aulas de la escuela. Cuando el 2 de agosto de 1937 el Cura, que esto escribe, bendecía los dos humildes crucifijos, ni él, ni los que asistían pudieron imaginar, que. al correr de Los años, esos crucifijos serían expulsados de las aulas recogidos en la iglesia del pueblo, para ser desagraviados con muestras sinceras de fe y amor. Menos pudieron pensar que ante esas imágenes se iban a postrar peregrinos venidos de otros pueblos, atraídos por los prodigios obtenidos por los fieles que a Ellos se acogían, suplicantes.
De la revista parroquial ‘‘La familia Cristiana”, del 5 de agosto de 1937, copiamos la crónica de la entronización de los Crucifijos tal cual ha quedado consignada en sus páginas: “Fueron colocados Crucifijos en la Escuela Municipal del “Pueblito Argentino” (Al barrio ‘‘La Fortuna ‘‘se lo designa comúnmente con el nombre de “Pueblito Argentino” o simplemente “El Pueblito”)
La congregación de la Doctrina Cristiana, contando con la buena voluntad de la Autoridad Municipal, ha procedido a colocar crucifijos en las dos aulas de la escuela que sostiene la Comuna en el Barrio “ Pueblito Argentino “ El acto de la Bendición y colocación de los Crucifijos se efectuó el 2 del cte, a las 10 hs con asistencia de Maestras y alumnos. Presidían el acto el Sr. Intendente Dr. Amadeo Bertini, Sr. Cara Párroco, Presidenta del Consejo Catequístico Sra. Teresa de Rescia, la Directora de la Escuela Sra. Amanda de Cópola, miembros de la Congregación de la Doctrina Cristiana y Acción Católica. “El párroco explicó a los niños el significado de la ceremonia antes de la bendición. Colocados los Crucifijos; las alumnas del colegio Natalia Ortiz y Nélida Paez declamaron, poesías alusivas al acto. “Broche de oro de esta ceremonia sencilla, pero significativa. Fueron las palabras hondamente cristianas que dirigió a los alumnos el Sr. Intendente. Los niños fueron obsequiados con estampas y caramelos, dándose fin a una fiesta por muchos títulos simpática”. Hasta ahí la crónica. Queda así expresado el origen de estos crucifijos cuya historia muchas personas nos han pedido dejar consignada por escrito. Veamos ahora Lo que pasó cuando la Escuela Municipal fue traspasada a la Provincia.
LOS CRUCIFIJOS EN LA ESCUELA MUNICIPAL DEL BARRIO “LA FORTUNA”
Hace más de un cuarto de siglo en el barrio más humilde de Leones no había escuela. La Parroquia fue la primera en llevar los beneficios de la instrucción a ese sector de la población. Años después la Municipalidad de Leones, con mayores recursos que la parroquia, instaló una escuela municipal, que cronológicamente sucedió a la modesta escuelita parroquial. En el año 1937 el Consejo Catequístico Parroquial tuvo la feliz idea de solicitar al Señor Intendente Municipal el permiso para colocar crucifijos en las dos aulas de la escuela. Cuando el 2 de agosto de 1937 el Cura, que esto escribe, bendecía los dos humildes crucifijos, ni él, ni los que asistían pudieron imaginar, que. al correr de Los años, esos crucifijos serían expulsados de las aulas recogidos en la iglesia del pueblo, para ser desagraviados con muestras sinceras de fe y amor. Menos pudieron pensar que ante esas imágenes se iban a postrar peregrinos venidos de otros pueblos, atraídos por los prodigios obtenidos por los fieles que a Ellos se acogían, suplicantes.
De la revista parroquial ‘‘La familia Cristiana”, del 5 de agosto de 1937, copiamos la crónica de la entronización de los Crucifijos tal cual ha quedado consignada en sus páginas: “Fueron colocados Crucifijos en la Escuela Municipal del “Pueblito Argentino” (Al barrio ‘‘La Fortuna ‘‘se lo designa comúnmente con el nombre de “Pueblito Argentino” o simplemente “El Pueblito”)
La congregación de la Doctrina Cristiana, contando con la buena voluntad de la Autoridad Municipal, ha procedido a colocar crucifijos en las dos aulas de la escuela que sostiene la Comuna en el Barrio “ Pueblito Argentino “ El acto de la Bendición y colocación de los Crucifijos se efectuó el 2 del cte, a las 10 hs con asistencia de Maestras y alumnos. Presidían el acto el Sr. Intendente Dr. Amadeo Bertini, Sr. Cara Párroco, Presidenta del Consejo Catequístico Sra. Teresa de Rescia, la Directora de la Escuela Sra. Amanda de Cópola, miembros de la Congregación de la Doctrina Cristiana y Acción Católica. “El párroco explicó a los niños el significado de la ceremonia antes de la bendición. Colocados los Crucifijos; las alumnas del colegio Natalia Ortiz y Nélida Paez declamaron, poesías alusivas al acto. “Broche de oro de esta ceremonia sencilla, pero significativa. Fueron las palabras hondamente cristianas que dirigió a los alumnos el Sr. Intendente. Los niños fueron obsequiados con estampas y caramelos, dándose fin a una fiesta por muchos títulos simpática”. Hasta ahí la crónica. Queda así expresado el origen de estos crucifijos cuya historia muchas personas nos han pedido dejar consignada por escrito. Veamos ahora Lo que pasó cuando la Escuela Municipal fue traspasada a la Provincia.
Capítulo III
EL ATROPELLO. — PROTESTAS Y DESAGRAVIOS. — DESCRIPCION DE LOS CRUCIFIJOS.
Desde la sede del Consejo General de Educación de la Provincia fue dada la orden terminante, descomedida en sus términos, de quitar los Crucifijos cuando antes. No se permitía tampoco la bendición del edificio, Recibida la orden, la Sra. Directora no se atrevio a ejecutarla, su conciencia cristiana se lo impedía. Como faltaran varios días para la inauguración oficial, hubo la esperanza de una reconsideración, que no llegó. Antes al contrario, se afirmaba el propósito decidido de no tolerar ni crucifijos, ni bendición. Era la hora de las tinieblas... Nadie, de los que hubieran podido influir decisivamente en las altas esferas del gobierno, quiso jugarse por la çausa de Cristo. Silencio. Silencio... esquivaciones... y alguna aprobeión sotto voce, ante lo que pasaba. Los Crucifijos, mientras tanto, seguían en su puesto. De Córdoba sin embargo se anunciaba desde el Consejo que un alto empleado llegaría antes del 11 de Octubre, fecha fijada para la inauguración, a fin de retirar los Crucifijos. Sabido esto en la parroquia, y antes la seguridad de la profanación a realizarse, se resolvió en acuerdo con la Sra. Directora y Presidentes de instituciones parroquiales traer respetuosamente los Crucifijos al templo parroquial, donde encontrarían acogida y serían desagraviados por parte de los creyentes. Así se hizo con la premura del caso. El 9 de Octubre de 1942 en horas de una siesta canicular, se presentó el Cura Párroco acompañado del Presidente de la Junta Parroquial Sr. Luis Porporato, del Presidente del Círculo Católico de Obreros Sr. Claudio Díaz, de la Presidenta de la Congregación de la Doctrina Cristiana Sra. Teresa B. de Rescia, de la Presidenta del Círculo de las Mujeres de la Acción Católica Sra. Teresa G. de Díaz y de la Presidenta del Apostolado de la Oración Sra. Paulina R. de García, para retirar con el honor posible los Santos Crucifijos. “Ceremonia sencilla la de bajar los Crucifijos, —comentaba la Familia Cristiana del 15 de Octubre— pero de una significación que aplastaba los ánimos de los presentes, pues Cristo el Maestro por excelencia se iba de una escuela, digna de mejor suerte”. “Había lagrimas en los ojos —continúa la crónica—y se cambiaban frases entrecortadas. La Sra. Directora, que estuvo presente con todas las maestras, se despidió y se despidieron de sus Crucifijos con un beso emocionado” “El Párroco quiso dar ánimo diciéndoles: “Los desagraviaremos y los custodiaremos en el templo, hasta que llegue el día en que solemnemente vuelvan a esta querida escuela.” Nadie, ni el que las dijo, pensó que estas palabras resultarían proféticas, como lo veremos en el curso de esta historia. Y en esa siesta de Octubre, que no olvidaremos, los cuatro Crucifijos llegaron al templo parroquial, como buscando refugio. Con los brazos abiertos fueron recibidos. Se preparó en el presbiterio una mesita blanca con mantel. Ahí fueron colocados losCrucifljos, apoyados en un modesto cajón que servía de sostén. Se corrió la voz por todo el pueblo, que recibió la noticia con estupor, y comenzaron las protestas y desagravios. Antes de pasar adelante, me parece oportuno, dada la celebridad que adquirieron después estos cuatro Crucifijos, hacer la descripción material de los mismos. Las cuatro cruces son de madera ordinaria, con revestimiento de una lámina fina de nacarol claro en toda la parte de encima, en la que están clavados los Crucifijos. Estos son de metal ordinario con un ligero niquelado, sin ninguna pretensión artística. Dos de las cruces miden 30 centímetros de largo por 18 de ancho, y las otras dos tienen 24 centímetros de largo por 12 1/2 de ancho. En las dos cruces primeras los Santos Cristos son de mayor tamaño y mejor presentación, que en las dos últimas. Uno de estos crucifijos más grandes irá a quedar definitivamente en la dirección de la escuela “Sarmiento”, como más adelante lo veremos. Tomemos el hilo del relato. Al enterarse los fieles de la presencia de los Crucifijos de la Escuela “Sarmiento” en la iglesia y del motivo por el cual estaban, fue impresionante el desfile de
EL ATROPELLO. — PROTESTAS Y DESAGRAVIOS. — DESCRIPCION DE LOS CRUCIFIJOS.
Desde la sede del Consejo General de Educación de la Provincia fue dada la orden terminante, descomedida en sus términos, de quitar los Crucifijos cuando antes. No se permitía tampoco la bendición del edificio, Recibida la orden, la Sra. Directora no se atrevio a ejecutarla, su conciencia cristiana se lo impedía. Como faltaran varios días para la inauguración oficial, hubo la esperanza de una reconsideración, que no llegó. Antes al contrario, se afirmaba el propósito decidido de no tolerar ni crucifijos, ni bendición. Era la hora de las tinieblas... Nadie, de los que hubieran podido influir decisivamente en las altas esferas del gobierno, quiso jugarse por la çausa de Cristo. Silencio. Silencio... esquivaciones... y alguna aprobeión sotto voce, ante lo que pasaba. Los Crucifijos, mientras tanto, seguían en su puesto. De Córdoba sin embargo se anunciaba desde el Consejo que un alto empleado llegaría antes del 11 de Octubre, fecha fijada para la inauguración, a fin de retirar los Crucifijos. Sabido esto en la parroquia, y antes la seguridad de la profanación a realizarse, se resolvió en acuerdo con la Sra. Directora y Presidentes de instituciones parroquiales traer respetuosamente los Crucifijos al templo parroquial, donde encontrarían acogida y serían desagraviados por parte de los creyentes. Así se hizo con la premura del caso. El 9 de Octubre de 1942 en horas de una siesta canicular, se presentó el Cura Párroco acompañado del Presidente de la Junta Parroquial Sr. Luis Porporato, del Presidente del Círculo Católico de Obreros Sr. Claudio Díaz, de la Presidenta de la Congregación de la Doctrina Cristiana Sra. Teresa B. de Rescia, de la Presidenta del Círculo de las Mujeres de la Acción Católica Sra. Teresa G. de Díaz y de la Presidenta del Apostolado de la Oración Sra. Paulina R. de García, para retirar con el honor posible los Santos Crucifijos. “Ceremonia sencilla la de bajar los Crucifijos, —comentaba la Familia Cristiana del 15 de Octubre— pero de una significación que aplastaba los ánimos de los presentes, pues Cristo el Maestro por excelencia se iba de una escuela, digna de mejor suerte”. “Había lagrimas en los ojos —continúa la crónica—y se cambiaban frases entrecortadas. La Sra. Directora, que estuvo presente con todas las maestras, se despidió y se despidieron de sus Crucifijos con un beso emocionado” “El Párroco quiso dar ánimo diciéndoles: “Los desagraviaremos y los custodiaremos en el templo, hasta que llegue el día en que solemnemente vuelvan a esta querida escuela.” Nadie, ni el que las dijo, pensó que estas palabras resultarían proféticas, como lo veremos en el curso de esta historia. Y en esa siesta de Octubre, que no olvidaremos, los cuatro Crucifijos llegaron al templo parroquial, como buscando refugio. Con los brazos abiertos fueron recibidos. Se preparó en el presbiterio una mesita blanca con mantel. Ahí fueron colocados losCrucifljos, apoyados en un modesto cajón que servía de sostén. Se corrió la voz por todo el pueblo, que recibió la noticia con estupor, y comenzaron las protestas y desagravios. Antes de pasar adelante, me parece oportuno, dada la celebridad que adquirieron después estos cuatro Crucifijos, hacer la descripción material de los mismos. Las cuatro cruces son de madera ordinaria, con revestimiento de una lámina fina de nacarol claro en toda la parte de encima, en la que están clavados los Crucifijos. Estos son de metal ordinario con un ligero niquelado, sin ninguna pretensión artística. Dos de las cruces miden 30 centímetros de largo por 18 de ancho, y las otras dos tienen 24 centímetros de largo por 12 1/2 de ancho. En las dos cruces primeras los Santos Cristos son de mayor tamaño y mejor presentación, que en las dos últimas. Uno de estos crucifijos más grandes irá a quedar definitivamente en la dirección de la escuela “Sarmiento”, como más adelante lo veremos. Tomemos el hilo del relato. Al enterarse los fieles de la presencia de los Crucifijos de la Escuela “Sarmiento” en la iglesia y del motivo por el cual estaban, fue impresionante el desfile de
hombres, mujeres y niños, que pasaron delante del pequeño altar. Fue un continuo desagravio de oraciones, de besos y de flores, que las hubo en abundancia. El diario “Los Principios” de Córdoba, en su edición del 10 de Octubre de 1942 decí a lo siguiente: “La población de Leones asiste indignada al procedimiento del Consejo Provincial de Educación que por disposición del presidente ha ordenado el retiro de los Crucifijos que se encontraban en las aulas de la Escuela “Sarmiento”, negando asimismo el permiso para la bendición del nuevo edificio escolar, que estaba dispuesta para mañana. Con motivo de tal situación han sido dirigidos a Los Principios los siguientes despachos telegráficos: “Leones católico protesta indignado actitud presidente Consejo de Educación que ordena retirar crucifijos Escuela “Sarmiento” y negando terminantemente permiso bendecir nuevo edificio. Todos preguntan hasta cuando Gobierno tolera tal personaje. Luis Porporato, presidente Junta Parroquial. El segundo despacho que firma el señor Cura Párroco presbítero Efraín T. Quinteros dice: “Crucifijos, retirados hoy orden presidente Consejo, son desagraviados por los fieles que oran ante ellos y los cubren con flores”. Hasta ahí los Principios. El Domingo siguiente al atropello, los fieles escucharon en las tres misas la protesta serena, firme y sin cobardía del párroco, que esto escribe. Fue el mismo día en que, con asistencia de las autoridades del Gobierno, se inauguraba el edificio sin crucifijos y sin bendición. “Los Principios” del domingo 18 de Octubre. bajo el título “Iconoclastas” volvió a ocuparse del caso de Leones, condenando la actitud de los que arrojan a Cristo de las escuelas. Los actos de desagravios en la parroquia culminaron con un triduo que precedió a la fiesta de Cristo Rey. De la realización de estos actos hizo crónica “La Familia Cristiana” en los siguientes términos: “De acuerdo en todo con el programa publicado se ha celebrado la fiesta de Cristo Rey, revistiendo una solemnidad especial por el espíritu de desagravio con que se han celebrado todos los actos, comenzando con el triduo de Vía Crucis, para terminar con las misas de comunión y misa solemne del Domingo, pasado, actuando en esta última el coro “Santa Teresita. Después de cada Misa, los fieles pasaron a adorar a los “ Santos Cristos” de la escuela “ Sarmiento”
Por la tarde en el Salón Parroquial del Corazón de .lesús se desarrolló un acto literario musical. que contó con la presencia de numeroso público . En todos los actos del día y en las numerosas comuniones quedó de manifiesto el deseo de que Nuestro Señor reine más que nunca en la Parroquia de Leones”
La causa de Cristo, que defendía nuestra parroquia, encontró repercusión en todos los corazones nobles, y así el clamor (la protesta de Leones tuvo eco en todos los ámbitos de la Provincia. Lo atestiguan los telegramas y notas de adhesión recibidas en los días que siguieron a la inicua medida del Consejo de Educación. Esas valiosas adhesiones sirvieron de estímulo y aliento en la defensa de la más santa de las causas. Desagravios en San José de la Dormida. A pocos días de aquel doloroso suceso, viajé a San José de la Dormida, el pueblo de mis mayores para celebrar misa el 15 de Octubre fecha aniversario de la muerte de”mi recordado padre, cuyos restos, descansan, junto con los de mi inolvidable madre, en el cementerio de esa localidad. Me llevé como compañero de viaje a uno de los Crucifijos desterrados de la escuela. El día 14, al celebrar la Santa Misa, narré a los fieles el inaudito atropello de Leones, y les presenté el Crucifijo. Todos los presentes se acercaron a besar y desagraviar al Señor. Después de este acto edificante, iba yo a retirar el crucifijo, pero he ahí que unas señoritas se acercan y me piden les deje el Santo Crucifijo en el templo, mientras dure mi permanencia en San José de la Dormida, pues querían llevarle flores, que sería el obsequio de sus jardines. Al día siguiente se acercaron nuevamente los fieles a rezar al Señor Crucificado. Por la tarde del día 15 fui a retirar el Crucifijo, pues al día siguiente debía regresar muy temprano a Leones. Encontré el Santo Cristo colocado como en un colchón de flores de muchas variedades, que las hay muy hermosas en aquellos jardines. Una maestra jubilada, que tenía a su señora madre en cama, me pidió le permitiera llevar el Santo Crucifijo hasta su casa, y ahí fue el Señor a recibir el homenaje del dolor, personificado en aquella enferma. Algunas personas se interesaron vivamente en que les dejara el Crucifijo en aquella iglesia, donde lo conservarían con preciosa reliquia. No me fue posible acceder, pues “he contraído obligación —les dije— de custodiar los cuatro crucifijos en templo de Leones, hasta que llegue el momento del triunfo, será cuando se les permita volver a la misma escuela, de donde fueron arrojados”. Guardemos gratitud a este cristiano pueblo de San José de Dormida, que nos acompañó con gran fe a desagraviar a Nuestro Señor. También en San Marcos Sud. Este pueblo pertenecía entonces a la parroquia de Leones. A la misa que celebré en el templo de San Marcos Sud el Domingo 18 de Octubre, llevé uno de los Crucifijos Media hora larga estuvieron los fieles de San Marcos, hombres. Mujeres y niños desfilando y postrándose ante el Santo Cristo de escuela “Sarmiento”. Edificante actitud de desagravio. Después fuera del templo, se hacían los comentarios de desaprobación a actitud asumida por las autoridades del Consejo de Educación. Para terminar este capítulo, diré que la parroquia de Leones se puso abiertamente de parte de Cristo, como era de esperar. Con fe y serenidad, evitando todo lo que pudiera derivar hacia la política de partidos, defendió la causa del Señor, su Dios. -La actitud que asumió el pueblo católico de Leones, le ha merecido congratulaciones, como ésta de la Junta Arquidiocesana de Acción Católica: “Córdoba, 29 de Octubre de 1942. Respetable Sr. Cura: Me es muy grato dirigirme a Ud. en nombre de la Junta que presido para hacerle llegar su palabra de felicitación por valiente actitud asumida por el pueblo eminentemente católico Leones, que obedeciendo sin duda a su espíritu cristianísimo, se .ha levantado con denuedo frente a la tendencia fuertemente anticristiana del Presidente del Consejo de Educación “. “Rogamos al Señor Crucificado que remedie de la forma más efectiva para la niñez de Leones la medida prohibitiva impuesta en la Escuela Fiscal y le pedimos que enfervorice siempre más a amada feligresía. Luis Eduardo Molina, presidente. Luis Vázquez Avila, prosecretario “
La causa de Cristo, que defendía nuestra parroquia, encontró repercusión en todos los corazones nobles, y así el clamor (la protesta de Leones tuvo eco en todos los ámbitos de la Provincia. Lo atestiguan los telegramas y notas de adhesión recibidas en los días que siguieron a la inicua medida del Consejo de Educación. Esas valiosas adhesiones sirvieron de estímulo y aliento en la defensa de la más santa de las causas. Desagravios en San José de la Dormida. A pocos días de aquel doloroso suceso, viajé a San José de la Dormida, el pueblo de mis mayores para celebrar misa el 15 de Octubre fecha aniversario de la muerte de”mi recordado padre, cuyos restos, descansan, junto con los de mi inolvidable madre, en el cementerio de esa localidad. Me llevé como compañero de viaje a uno de los Crucifijos desterrados de la escuela. El día 14, al celebrar la Santa Misa, narré a los fieles el inaudito atropello de Leones, y les presenté el Crucifijo. Todos los presentes se acercaron a besar y desagraviar al Señor. Después de este acto edificante, iba yo a retirar el crucifijo, pero he ahí que unas señoritas se acercan y me piden les deje el Santo Crucifijo en el templo, mientras dure mi permanencia en San José de la Dormida, pues querían llevarle flores, que sería el obsequio de sus jardines. Al día siguiente se acercaron nuevamente los fieles a rezar al Señor Crucificado. Por la tarde del día 15 fui a retirar el Crucifijo, pues al día siguiente debía regresar muy temprano a Leones. Encontré el Santo Cristo colocado como en un colchón de flores de muchas variedades, que las hay muy hermosas en aquellos jardines. Una maestra jubilada, que tenía a su señora madre en cama, me pidió le permitiera llevar el Santo Crucifijo hasta su casa, y ahí fue el Señor a recibir el homenaje del dolor, personificado en aquella enferma. Algunas personas se interesaron vivamente en que les dejara el Crucifijo en aquella iglesia, donde lo conservarían con preciosa reliquia. No me fue posible acceder, pues “he contraído obligación —les dije— de custodiar los cuatro crucifijos en templo de Leones, hasta que llegue el momento del triunfo, será cuando se les permita volver a la misma escuela, de donde fueron arrojados”. Guardemos gratitud a este cristiano pueblo de San José de Dormida, que nos acompañó con gran fe a desagraviar a Nuestro Señor. También en San Marcos Sud. Este pueblo pertenecía entonces a la parroquia de Leones. A la misa que celebré en el templo de San Marcos Sud el Domingo 18 de Octubre, llevé uno de los Crucifijos Media hora larga estuvieron los fieles de San Marcos, hombres. Mujeres y niños desfilando y postrándose ante el Santo Cristo de escuela “Sarmiento”. Edificante actitud de desagravio. Después fuera del templo, se hacían los comentarios de desaprobación a actitud asumida por las autoridades del Consejo de Educación. Para terminar este capítulo, diré que la parroquia de Leones se puso abiertamente de parte de Cristo, como era de esperar. Con fe y serenidad, evitando todo lo que pudiera derivar hacia la política de partidos, defendió la causa del Señor, su Dios. -La actitud que asumió el pueblo católico de Leones, le ha merecido congratulaciones, como ésta de la Junta Arquidiocesana de Acción Católica: “Córdoba, 29 de Octubre de 1942. Respetable Sr. Cura: Me es muy grato dirigirme a Ud. en nombre de la Junta que presido para hacerle llegar su palabra de felicitación por valiente actitud asumida por el pueblo eminentemente católico Leones, que obedeciendo sin duda a su espíritu cristianísimo, se .ha levantado con denuedo frente a la tendencia fuertemente anticristiana del Presidente del Consejo de Educación “. “Rogamos al Señor Crucificado que remedie de la forma más efectiva para la niñez de Leones la medida prohibitiva impuesta en la Escuela Fiscal y le pedimos que enfervorice siempre más a amada feligresía. Luis Eduardo Molina, presidente. Luis Vázquez Avila, prosecretario “
Capitulo II
LOS PRODIGIOS— l’ROFEClAS — LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS — ALGUNOS HECHOS — SE EXTIENDE LA FAMA
Terminados Ios actos de desagravios que culminaron con la fiesta de Cristo Rey, los cuatro Crucifijos fueron llevados a la sacristía y guardados en mi armario, con la intención de exponerlos a la veneración de los fieles sólo en ocasiones solemnes, hasta que llegara el día en que pudieran volver a su escuela Así pensábamos nosotros. Nuestro Señor tenía otras miras .No se nos había ocurrido hacer de estos Crucifijos un centro de Devoción Especial, menos se nos había pasado por la imaginación la idea de que el Señor estuviera dispuesto a bendecir tan espléndidamente a nuestra Parroquia con una serie de prodigios, como pasó después. Todo fue obra de su bondad, y a El se lo agradece la parroquia toda. Había pasado como un mes desde que los Crucifijos fueron guardados en un armario de la sacristía, cuando comenzó a susurrarse que los “Santos Cristos”, como los llamaban ya los fieles. Estaban concediendo gracias a quienes lo invocaban. En esta observación estábamos, cuando nos llega una comunicación desde San José de la Dormida, fecha 22 de Noviembre de 1942. Lleva la firma de la Srta. María Magdalena Paulí y dice así: No puede silenciar un hecho que ha servido para arraigar más profundamente mis convicciones religiosas ‘‘y que, de lo más recóndito de mi corazón, una fuerza extraña me obliga a publicarlo. Hace algún tiempo el Pbro. Efraín T. Quinteros, Cura Párroco de Leones, hijo predilecto de este pueblo, en su última visita a éL realizada con motivo del aniversario de la muerte de su señor padre, traía en su compañía un pequeño Crucifijo, y lo traía para que también este pueblo, que lo sabe religioso y creyente católico, lo desagraviara de actos insólitos cometidos en aquella parroquia (debo aclarar) pero por personas ajenas al pueblo. ‘En aquellas circunstancias cayó enferma mi madre, señora de avanzada edad. En el fuerte ataque que la quejaba, desesperada yo, acudí al templo y le pedí al Pbro. Sr. Quinteros me permitiera llevar a mi madre, postrada en el lecho, el Crucifijo que yacía en el centro del templo, cubierto de perfumadas flores. Llegado Este, la enferma, tan religiosa y devota, abrazóse a la imagen y pidió las gracias eternas y la salud si convenía. “Cual no sería nuestra sorpresa y alegría al ver a mi madre reaccionar a lo pocos minutos y entrar en un franco período de mejoría, hasta recobrar totalmente la salud. No podíamos pedir gracia rnayor que la otorgada por aquella agradable visita que se había dignado entrar en nuestro hogar, para impregnarlo de gracias y bendiciones” El documento completo está publicado en la revista parroquial LA FAMILIA CRISTIANA del 3 de Diciembre de 1942. Al comentarlo, preguntaba el órgano parroquial si harían milagros los Crucifijos de la Escuela “Sarmiento”. y respondía: “Nos atrevemos a responder afirmativamente, respetando desde luego el juicio de la Iglesia’ Y se apoyaba en el caso narrado por la Srta.. Paulí. Conviene recalcar que cuanto digamos de gracias y prodigios lleva el carácter de opinión particular, sometido en todo al juicio de Nuestra Santa Madre Iglesia, maestra infalible en asuntos de fe y de moral. De modo que cuanto diga, no tiene carácter oficial, ni hablo desde luego en nombre de la Iglesia, cuyo juicio no comprometo, y al de ella someto lo dicho y lo que se diga después. Fue a raíz de esta devoción que comenzaba a crecer vigorosa y de las gracias obtenidas que me pareció que el Señor quería que los crucifijos estuvieran visibles en la iglesia, y no en la forma oculta en que habían quedado en un armario de la sacristía. Mandé construir una urna de madera, con llave y puerta de vidrio. Interiormente la urna lleva al fondo terciopelo rojo. Fueron en ellas colocados los cuatro Crucifijos y puestos en el altar de San Roque. Allí continúa depositada la urna, que lleva un cartelito que dice: “Santos Cristos de la Escuela Sarmiento” (Posteriormente, en lugar de este cartelito, se colocó una placa de bronce, que dice: “El Santo Cristo de la Escuela”. Esto se hizo después de que el Arzobispado autorizó tal denominación. )
LOS PRODIGIOS— l’ROFEClAS — LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS — ALGUNOS HECHOS — SE EXTIENDE LA FAMA
Terminados Ios actos de desagravios que culminaron con la fiesta de Cristo Rey, los cuatro Crucifijos fueron llevados a la sacristía y guardados en mi armario, con la intención de exponerlos a la veneración de los fieles sólo en ocasiones solemnes, hasta que llegara el día en que pudieran volver a su escuela Así pensábamos nosotros. Nuestro Señor tenía otras miras .No se nos había ocurrido hacer de estos Crucifijos un centro de Devoción Especial, menos se nos había pasado por la imaginación la idea de que el Señor estuviera dispuesto a bendecir tan espléndidamente a nuestra Parroquia con una serie de prodigios, como pasó después. Todo fue obra de su bondad, y a El se lo agradece la parroquia toda. Había pasado como un mes desde que los Crucifijos fueron guardados en un armario de la sacristía, cuando comenzó a susurrarse que los “Santos Cristos”, como los llamaban ya los fieles. Estaban concediendo gracias a quienes lo invocaban. En esta observación estábamos, cuando nos llega una comunicación desde San José de la Dormida, fecha 22 de Noviembre de 1942. Lleva la firma de la Srta. María Magdalena Paulí y dice así: No puede silenciar un hecho que ha servido para arraigar más profundamente mis convicciones religiosas ‘‘y que, de lo más recóndito de mi corazón, una fuerza extraña me obliga a publicarlo. Hace algún tiempo el Pbro. Efraín T. Quinteros, Cura Párroco de Leones, hijo predilecto de este pueblo, en su última visita a éL realizada con motivo del aniversario de la muerte de su señor padre, traía en su compañía un pequeño Crucifijo, y lo traía para que también este pueblo, que lo sabe religioso y creyente católico, lo desagraviara de actos insólitos cometidos en aquella parroquia (debo aclarar) pero por personas ajenas al pueblo. ‘En aquellas circunstancias cayó enferma mi madre, señora de avanzada edad. En el fuerte ataque que la quejaba, desesperada yo, acudí al templo y le pedí al Pbro. Sr. Quinteros me permitiera llevar a mi madre, postrada en el lecho, el Crucifijo que yacía en el centro del templo, cubierto de perfumadas flores. Llegado Este, la enferma, tan religiosa y devota, abrazóse a la imagen y pidió las gracias eternas y la salud si convenía. “Cual no sería nuestra sorpresa y alegría al ver a mi madre reaccionar a lo pocos minutos y entrar en un franco período de mejoría, hasta recobrar totalmente la salud. No podíamos pedir gracia rnayor que la otorgada por aquella agradable visita que se había dignado entrar en nuestro hogar, para impregnarlo de gracias y bendiciones” El documento completo está publicado en la revista parroquial LA FAMILIA CRISTIANA del 3 de Diciembre de 1942. Al comentarlo, preguntaba el órgano parroquial si harían milagros los Crucifijos de la Escuela “Sarmiento”. y respondía: “Nos atrevemos a responder afirmativamente, respetando desde luego el juicio de la Iglesia’ Y se apoyaba en el caso narrado por la Srta.. Paulí. Conviene recalcar que cuanto digamos de gracias y prodigios lleva el carácter de opinión particular, sometido en todo al juicio de Nuestra Santa Madre Iglesia, maestra infalible en asuntos de fe y de moral. De modo que cuanto diga, no tiene carácter oficial, ni hablo desde luego en nombre de la Iglesia, cuyo juicio no comprometo, y al de ella someto lo dicho y lo que se diga después. Fue a raíz de esta devoción que comenzaba a crecer vigorosa y de las gracias obtenidas que me pareció que el Señor quería que los crucifijos estuvieran visibles en la iglesia, y no en la forma oculta en que habían quedado en un armario de la sacristía. Mandé construir una urna de madera, con llave y puerta de vidrio. Interiormente la urna lleva al fondo terciopelo rojo. Fueron en ellas colocados los cuatro Crucifijos y puestos en el altar de San Roque. Allí continúa depositada la urna, que lleva un cartelito que dice: “Santos Cristos de la Escuela Sarmiento” (Posteriormente, en lugar de este cartelito, se colocó una placa de bronce, que dice: “El Santo Cristo de la Escuela”. Esto se hizo después de que el Arzobispado autorizó tal denominación. )
. Dicha urna fue costeada-por la Sra. Directora de la Escuela “Sarmiento “, doña Felisa López Vinuesa de Buthet, que quiso manifestar su fe y devoción hacia los Crucifijos apartados de su escuela. En reunión, que tuvo el carácter de Asamblea General Ordinaria, de la Congregación del Santísimo y San Roque, di cuenta a los congregantes de haberse colocado los Crucifijos en el altar de San Roque, lo que todos aprobaron. Esto ocurría el 3 de Enero de 1943. Más tarde; el 11 de Abril de 1943, al oír leer el acta, me llamó la atención la forma en que la había redactado el Secretario de la Junta Directiva Sr. Pablo E. Terráneo. La parte pertinente decía: “Acto seguido se pasó a contemplar la situación de los Santos Cristos destituidos de la Escuela Sarmiento del Barrio la Fortuna; los cuales una persona devota ha hecho construir una urna para ser guardados, y se ha elegido el altar de San Roque para ser colocados, para devoción de los fieles, esperando que gobernantes católicos que asuman el mando, les den el lugar de privilegio que a ellos tan santamente les pertenece’ “. Mucho más me causó admiración cuando, producida la revolución del 4 de junio de 1943, leía en su proclama: “La educación de la niñez está alejada de la doctrina de Cristo y la ilustración de la juventud sin respeto a Dios, ni amor a la Patria”. Lo que decía el acta del 3 de Enero parecía que iba a cumplirse. Cristo iba a volver a las escuelas de la Patria. Y volvió el 31 de Diciembre de 1943 se dictó el decreto ley que permitía la enseñanza religiosa en las escuelas, siendo Ministro de Justicia e Instrucción Pública el Dr. Gustavo Martinez Suviría (Hugo Wast). Más tarde, en plena normalidad constitucional, la Cámara de Diputados de la Nación, después de largo debate, aprobó la enseñanza religiosa en las escuelas, esto ocurría el 14 de Marzo de 1947. Y el 17 de abril del mismo año recibía la aprobación de la Cámara de Senadores de la Nación. Justo es reconocerlo que para llegar a tan feliz término, se contó con la decidida intervención del Presidente de la Nación. El 20 Abril nuestra parroquia cumplía la promesa que tenía hecha a los “Santos Cristos” de hacer oficiar una Misa cantada si se obtenía la aprobación de la ley de enseñanza religiosa.
Ya veremos como volvieron nuestros “Santos Cristos” a su escuela. Mientras tanto, andaban de boca en boca la narración de gracias y prodigios, que se decían recibidos de los “Santos Cristos”. Ya es el caso de la Srta. María Teresa Cesanelli, de Leones, quien en pocos días se encontró completamente sana, después de encomendarse a los “Santos Cristos”, “en un caso —dice ella— que ya escapaba a los recursos de la ciencia, según me enteré después por los mismos médicos a cuyo testimonio apelo”. Recuerdo que todos quedamos sorprendidos al verla tan sana a pocos días de su extrema gravedad, en que ya sus familiares hablaban de sus próximas exequias. Esto ocurría a fines de 1942. Otro caso que contribuyó a aumentar la devoción fue el de la rápida curación del Sr. Pedro Candellero, domiciliado en Leones, quien fue llevado en gravísimo estado a Rosario, donde se “constató —escribe el mismo Sr. Pedro Candelero— mi grave estado complicado a tal punto que no tenía salvación”. “Fue entonces —agrega— que los “Santos Cristos” obran su milagro”. “El Dr. Babini, que debía hacerle una muy delicada operación, todo sorprendido le dice: “La operación que debía hacerle, ya no es necesaria y su estado de salud es completamente bueno”. Y lo sigue siendo, añadimos ahora, a seis años de aquella prodigiosa curación. Otro día es el niño Leopoldo Castro, que debía ser operado de sinusitis con principio de infección. Una radiografía confirmaba el diagnóstico. Promesa a los “Santos Cristos”. Llevado a Córdoba el enfermo para la intervención quirúrgica, los médicos lo encuentran completament sano. Dando gracias a los “Santos Cristos” se vuelve el ex—enfermo con su madre a Los Álamos, Dpto. Tulumba, donde residen. Esto sucedía en Enero de 1943. Nunca tuvo ningún retroceso. En una sequía que hubo en Leones, a continuación de haber sido quitado los Crucifijos de la escuela “Sarmiento”, se obtuvo una abundante lluvia, después de ofrecer el párroco una Misa a los “Santos Cristos”. Esto sucedió el 2 de Marzo de 1943. Para no ser demasiado extenso omito otros casos prodigiosos. La sucesión de hechos extraordinarios hizo necesario que se abriera un libro titulado: “El libro de acción de gracias”, en el cual pudiérase consignar por parte de los agraciados los favores de que habían sido objeto. Dicho libro ya encierra un buen número de “relaciones” de hechos; si no los hay muchísimos más es por la falta de tiempo del párroco, quien en la mayoría de los casos debe escribir personalmente la relación que se le hace. Son numerosos los devotos, aumentan día a día, que llegan al templo a dar gracias a Dios por los beneficios recibidos. El altar, en donde están los “Santos Cristos” se ve muy concurrido de promesantes, algunos venidos de leguas y leguas a cumplir sus votos. Algunas veces se los ve llegar a pie. Es consolador ver que muchos confiesan y comulgan, cuando visitan a los ‘Santos Cristos”. Para hacer una novena: Padre, ¿cómo hacemos una novena? solían preguntar los devotos. De una manera muy sencilla, les hemos respondido. Hagan así: Rezan, cada día, nueve Padre Nuestros, Ave María y Gloria, añadiendo al final de cada Gloria esta Jaculatoria, que casi todos la saben, porque se dice en el Vía Crucis: “Adorámoste, Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo”. Esta Jaculatoria tiene concedida muchas indulgencias, cada vez que se la diga. Como fue un día 9 cuando fueron retirados los “Santos Cristos de la Escuela “Sarmiento”. me he permitido aconsejar que se comience la novena el 1ª de mes, para terminar el 9 con una santa comunión, añadiendo la recomendación de que cada uno de los que hace esta novena desde el 1° de mes ruegue por las intenciones de los otros que en los mismos días la están haciendo. Así los unos ruegan por los otros. Parece que esta novena, que se nos ocurrió proponer a los devotos un día en que tomaban gracia de los “Santos Cristos”, fuera muy acepta al Señor por los favores obtenidos mediante ella. Esta novena obtuvo aprobación eclesiástica con fecha 20 de agosto de 1951. Libro de Tesorería. La limosna entregada para los “Santos Cristos” comenzó a aumentar en forma que fue necesario abrir un libro ex—profeso. Antes no se pensó en tal cosa. Este primer Libro de Tesorería se abrió con fecha 1ro de agosto de 1 945. Su primera anotación asciende a la suma de un mil quinientos pesos con cincuenta centavos moneda nacional. Era lo ingresado hasta esa fecha por concepto de limosna que hacían los devotos. Desde entonces se anota cada donación, con fecha y nombre del donante. En el año 1951 se empleó de ese dinero la suma de trece mil doscientos noventa y cinco pesos con cuarenta cts. M/n en la ampliación de la nave lateral del templo parroquial, en la cual está el altar de la urna. Cultos especiales de los 9 de cada mes: Se nos pasaba decir que todos los 9 de cada mes se hace un acto de adoración y desagravio en la siguiente forma: después de la Misa se abre la urna del Santo Cristo, se baja uno de los crucifijos, y los fieles se acercan a tomar gracia, diciendo: “Adorámoste, Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo”. Antes de la adoración se reza la hermosa Oración Universal para todo lo concerniente a la salvación, del Papa Clemente XI. Los fieles asisten con mucha piedad a estos actos. Por la tarde del día 9 se bendice a los enfermos que asisten a la adoración del Santo Cristo. “La Familia Cristiana”, que es la revista de la parroquia publica cada semana una lista de donantes con el monto de su limosna, lugar de procedencia y motivo de su promesa, que casi siempre es por favores recibidos. El dinero que se va acumulando, administrado escrupulosamente, se piensa emplearlo en alguna obra parroquial, que ha de proclamar la gloria de los “Santos Cristos”. En el año 1951 se empleó de ese dinero la suma de trece mil doscientos noventa y cinco pesos con cuarenta cts. M/n, en la ampliación de la nave lateral del templo parroquial, en la cual está el altar de la urna, como dijimos antes. La Carpeta de los “Santos Cristos”. Hubo necesidad de formar una carpeta que conserve toda correspondencia, que se refiera a los “Santos Cristos”. Todas las cartas que se reciben con motivo de gracias o de limosna que se envía, hasta el papel más insignificante al parecer, ahí se conserva. Todo esto forma ya un legajo voluminoso. Y pasemos ya a dar a conocer como se preparó la vuelta de los “Santos Cristos” a su escuela, las dificultades que hubo que vencer, y la entrada solemne--que hicieron a su escuela. Capítulo V
UN PROBLEMA Y SU SOLUCION — LOS LAICISTAS CONTINÚAN — EL CRUCIFIJO PARA TODAS LAS ESCUELAS DE LA PROVINCIA. La devoción a los “Santos Cristos” se había ya arraigado entre los fieles. Sentíamos por una parte, que la vuelta de los “Santos Cristos” a su escuela marcaría el fin de un gran movimiento espiritual, iniciado alrededor de los prodigiosos crucifijos. Pero, por otra parte, tenían ellos pleno derecho a recibir el supremo desagravio, que era volver a la escuela de donde habían sido desterrados. Tenía la parroquia el compromiso contraído por boca de su párroco de “custodiarlos en el templo hasta que llegue el día en que solemnemente vuelvan a esa querida escuela”. Todos deseábamos que los Crucifijos volvieran triunfalmente a su escuela; pero también deseábamos que quedaran en el templo, para que fuera perdurable en la parroquia la gratitud y devoción hacia los humildes crucifijos de la escuela “Sarmiento”. Pedíamos al Señor que nos hiciera encontrar la fórmula que nos permitiera volverlos a su escuela y tenerlos en la parroquia. Y como para Dios no hay imposibles, nos hizo encontrar la solución que fue ésta: Una vez que obtuviéramos el permiso para volver los Crucifijos y bendecir la escuela, llevaríamos procesionalmente en andas los cuatro Crucifijos, que serían recibidos solemnemente en su escuela. De los cuatro quedaría uno definitivamente en el salón de la Dirección. Los otros tres volverían a la Iglesia, también definitivamente; con esto se conseguía no interrumpir la devoción comenzada. Se colocaría seis nuevos crucifijos, iguales a estos prodigiosos, en las aulas y comedor escolar, pues la escuela con el aumento de maestras y creación del comedor necesitaba no ya cuatro Crucifijos, sino siete con el de la Dirección. Con la Directora Sra. de Buthet encontramos esta solución, que le presenté en consulta verbal al señor Arzobispo Mons. Lafitte, quien la aprobó de todo corazón, pareciéndole muy equitativa. Veamos ahora las dificultades que aún quedaban por vencer antes de que llegara el anhelado día del triunfo. Habían pasado tres meses desde la revolución del 4 de junio de 1943. Estamos en Septiembre del mismo año. Nos pareció que ya se podían iniciar gestiones para reponer los crucifijos de la escuela “Sarmiento”. Resolví pues, dirigirme al Presidente del Consejo General de Educación de la Provincia, en una nota en la que, después de recordar el ultraje hecho a Leones por el anterior presidente del Consejo al ordenar el retiro de los crucifijos y negar el permiso para bendecir la escuela, le decía: “Que en la plena seguridad de que Dios ha dispuesto las cosas favorablemente, para que la imagen de Cristo Nuestro Señor vuelva a ocupar el lugar que tenía en la escuela “Sarmiento “, el párroco que suscribe solicita... Etc. “Por dicha nota pedíase al Señor Presidente del Consejo “autorización para volver a colocar solemnemente los “Santos Cristos” en las aulas de la escuela “Sarmiento” el día 31 de Octubre (1943), fiesta de Cristo Rey” ese año; también para bendecir las aulas y la bandera que estaban sin bendición. Estas eran, en su orden, las peticiones principales de la nota, pues eran las que tenían más relación con los hechos acaecidos en Octubre de 1942. La nota cursada terminaba así: “No dudando que el Señor Presidente y H. Consejo comprenderán la importancia y trascendencia de esta presentación, que hago en nombre de una población ultrajada en sus sentimientos religiosos, aprovecho la oportunidad para presentarle mis saludos más respetuosos “. La nota lleva la fecha 8 de Septiembre de 1943. Recién el 27 de Septiembre se produce la contestación, y admírense Uds. , se da permiso para bendecir el edificio y bandera para que asistan las escuelas fiscales y se promete designar un representante del Consejo, que todo esto se pedía en la nota, pero se niega la autorización para que vuelvan los Crucifijos a la escuela “Sarmiento”, “por cuanto —reza la nota—-a las escuelas del Estado concurren niños de todos los cultos”. Tan inesperada respuesta me hizo comprender que en el Consejo General de Educación seguían prevaleciendo elementos laicistas, entre los que quedaba el Secretario, que era el mismo del anterior Presidente. Estos fueron los que más hicieron desde el Consejo por alejar a Cristo de las escuelas. Inmediatamente renuncié a las concesiones que se hacía al petitorio, con nota, fecha 30 de Septiembre de 1943, la que entre otras cosas decía: “Obra en mi poder su nota, sin número, fecha 27 del cte., por la que se me comunica la resolución recaída en mi petitorio del 8 del cte., referente a la vuelta de los “Santos Cristos” a la escuela “Sarmiento”, de donde fueron retirados el 9 de Octubre de 1942 por orden terminante del entonces Presidente del Consejo.... “. “En este caso especial, mi conciencia de sacerdote y la causa que defiendo me dicen señor Director, que no debo aceptar las concesiones que me hace la resolución citada respecto u los puntos b), c) y d) de mi presentación, al no haberse accedido a lo que era fundamental en mi petitorio, a saber, la vuelta de los “Santos Cristos” a las aulas de la escuela “Sarmiento”, sin lo cual no quedaría desagraviado Nuestro Señor del ultraje recibido, ni satisfechos los anhelos legítimos de una población católica. Sírvase, pues, el Señor Director dar por retirada mi petición en todos sus apartados “. Las notas de este incidente se conservan en el Archivo Parroquial de Leones. Intervención Providencial. Así quedamos de nuevo a la espera de tiempos mejores, que no tardaron en llegar. Sin saber estábamos cuando, ni como podríamos reiniciar nuestras gestiones. Dios, en quien confiábamos, lo proveyó todo.... y con creces. Era el 14 de Noviembre de 1943. Me encontraba recién llegado a Córdoba, para tomar los santos ejercicios espirituales. Estando en esa Santa Casa me llama por teléfono desde Alta Gracia el Dr. Manuel Augusto Ferrer. Era el Dr. Ferrer Vocal del Consejo de Educación de la Provincia. Yo no lo conocía. Pero él. Sabedor de la injusticia que había cometido el Presidente o Director del Consejo con su negativa a reponer los Crucifijos, se interesó en hablarme aquel 14 de Noviembre. Llamó primero por teléfono a la Casa Parroquial de Leones, y como le dijeron que yo estaba en Córdoba, para entrar a Ejercicios Espirituales, se dirigió telefónicamente a la Casa de Ejercicios. Explicado el motivo, me dijo que había pedido conocer el expediente formado con mi solicitud, enterándose con pena y vergüenza de lo sucedido, y me prometió, en reparación, presentar en reunión del Consejo un proyecto por el que permitiera colocar crucifijos en todas las escuelas de la Provincia. Yo quedé muy contento, dando gracias a Dios. En Ejercicios no se leen diarios, ni se reciben noticias. Pasada la semana que duran los Santos Ejercicios, al salir de ellos supe que los diarios habían publicado la sensacional noticia: el Consejo permite colocar Crucifijos en las escuelas de la Provincia. Alabado sea Dios! La causa que defendía Leones había triunfado: Cristo, Nuestro Señor, volvería no solo a la escuela, “Sarmiento” de Leones, sino que tendría entrada en todas las escuelas de la Provincia. Dios se lo pagará Dr. Manuel Augusto Ferrer. emoción patriótica.“Un día espléndido acompañó todos los actos. Se iniciaron éstos en la Capilla del Corazón de Jesús con la Misa de acción de gracias, que se ofició ante un público numeroso que desbordaba la Capilla. Las bombas con sus estampidos, la Banda de Música con sus apropiadas ejecuciones, los coros parroquiales con seleccionado repertorio. el flamear de las banderas, los arcos de triunfo, el pueblo que se apretujaba, todo contribuyó a dar brillo y vida a la solemne entrada del Señor a su escuela, entre ensordecedores vítores y aplausos .-”Ubicada la concurrencia frente a la escuela, el sacerdote bendijo los nuevos crucifijos la escuela y el comedor escolar” “Bendecida la bandera, fue izada por el Sr. Secretario de la Municipalidad. Acallados los aplausos, la Banda de Música ejecutó el Himno Nacional que coreado por los conjuntos parroquiales, fue seguido por el público.” “El Párroco en su discurso expresó la satisfacción que le embargaba al volver los Crucifijos a su escuela. Niños escolares llamaron la atención por sus declamaciones ‘“Acto seguido se inició la colocación de los Crucifijos, uno de los ya famosos en la Dirección, y nuevos en aulas y comedor escolar. La colocación estuvo a cargo de los presidentes de diversas instituciones parroquiales y presidenta de la Cooperadora Escolar”, “Los pizarrones habían sido adornados con gráficos y leyendas alusivas, que fueron comentadas con elogio ““La concurrencia escuchó con interés y complacencia la palabra de la Directora Sra. Felisa López Vinuesa de Buthet, que fue muy felicitada’ “Tras la consagración de la Escuela al Sagrado Corazón de Jesús, que recitó el párroco, la Banda de Música tocó la marcha final; al mismo tiempo se oían vivas a los “Santos Cristos”, a la Religión y a la Pat ria”. “Además de las autoridades y docentes que presidieron el acto, se comentó, favorablemente la presencia de la Rda. Madre Superiora del colegio “La Inmaculada” de Marcos Juárez, y de la Hermana Stella García, hija de este pueblo” Hasta aquí el cronista.
Entre otras osas, dijo la Sra. Directora en su discurso: “Hace mucho tiempo que la escuela no ofrece al pueblo el espectáculo tan significativo que nos congrega hoy. Remontando la ruta de un camino, y el pulso de un estilo de vida, que existió en la historia de nuestro pueblo. Venís dignísimo Sr. Cura Párroco a entronizar a Cristo en esta escuela, para depositarlo brillante de gloria en ese sitial inconmovible de honor! Y, venís acompañado de extraordinaria comitiva, que señalará una fecha excepcional y no podría ser de otra manera”…………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………………………………… “Y este es el sentido que debemos dar hoy al retorno glorioso de los “Santos Cristos “ para que por Jesús, por Cristo reine en los pueblos el sentido de fraternidad”. “Señor! Sed, pues, bienvenido al seno de esta vuestra escuela, que os esperaba, y que os necesitaba. Vuestra Voz, Señor, es la voz de la esperanza, ella y solo ella puede salvar las sociedades vacilantes. Confirmad. Vos, con vuestra bendición nuestros propósitos de fidelidad a vuestra causa y a vuestra iglesia a salvadora’ “Maestros y niños: Honradlo en el alma, llevadlo en la vida y en la muerte; vuestros hijos lo venerarán con amor”. Quedaba pues cumplido aquello de que los Crucifijos volverían solemnemente a su escuela; y aquello otro de que se los guardaría en el templo hasta que gobiernos más cristianos permitieran su vuelta a la Escuela. Dios lo dispuso todo favorablemente. El señor obtuvo todos sus derechos, que nadie debió negarle. La parroquia de Leones, puede estar satisfecha. Ese día resonaron palabras de perdón para los enemigos, de suerte que no guardamos rencor para nadie. Hasta los cielos llegó la reparación de un pueblo creyente y vigilante. Pudo ese día Leones escribir en su firmamento lo que fue causa y bandera de toda su defensa:UN PROBLEMA Y SU SOLUCION — LOS LAICISTAS CONTINÚAN — EL CRUCIFIJO PARA TODAS LAS ESCUELAS DE LA PROVINCIA. La devoción a los “Santos Cristos” se había ya arraigado entre los fieles. Sentíamos por una parte, que la vuelta de los “Santos Cristos” a su escuela marcaría el fin de un gran movimiento espiritual, iniciado alrededor de los prodigiosos crucifijos. Pero, por otra parte, tenían ellos pleno derecho a recibir el supremo desagravio, que era volver a la escuela de donde habían sido desterrados. Tenía la parroquia el compromiso contraído por boca de su párroco de “custodiarlos en el templo hasta que llegue el día en que solemnemente vuelvan a esa querida escuela”. Todos deseábamos que los Crucifijos volvieran triunfalmente a su escuela; pero también deseábamos que quedaran en el templo, para que fuera perdurable en la parroquia la gratitud y devoción hacia los humildes crucifijos de la escuela “Sarmiento”. Pedíamos al Señor que nos hiciera encontrar la fórmula que nos permitiera volverlos a su escuela y tenerlos en la parroquia. Y como para Dios no hay imposibles, nos hizo encontrar la solución que fue ésta: Una vez que obtuviéramos el permiso para volver los Crucifijos y bendecir la escuela, llevaríamos procesionalmente en andas los cuatro Crucifijos, que serían recibidos solemnemente en su escuela. De los cuatro quedaría uno definitivamente en el salón de la Dirección. Los otros tres volverían a la Iglesia, también definitivamente; con esto se conseguía no interrumpir la devoción comenzada. Se colocaría seis nuevos crucifijos, iguales a estos prodigiosos, en las aulas y comedor escolar, pues la escuela con el aumento de maestras y creación del comedor necesitaba no ya cuatro Crucifijos, sino siete con el de la Dirección. Con la Directora Sra. de Buthet encontramos esta solución, que le presenté en consulta verbal al señor Arzobispo Mons. Lafitte, quien la aprobó de todo corazón, pareciéndole muy equitativa. Veamos ahora las dificultades que aún quedaban por vencer antes de que llegara el anhelado día del triunfo. Habían pasado tres meses desde la revolución del 4 de junio de 1943. Estamos en Septiembre del mismo año. Nos pareció que ya se podían iniciar gestiones para reponer los crucifijos de la escuela “Sarmiento”. Resolví pues, dirigirme al Presidente del Consejo General de Educación de la Provincia, en una nota en la que, después de recordar el ultraje hecho a Leones por el anterior presidente del Consejo al ordenar el retiro de los crucifijos y negar el permiso para bendecir la escuela, le decía: “Que en la plena seguridad de que Dios ha dispuesto las cosas favorablemente, para que la imagen de Cristo Nuestro Señor vuelva a ocupar el lugar que tenía en la escuela “Sarmiento “, el párroco que suscribe solicita... Etc. “Por dicha nota pedíase al Señor Presidente del Consejo “autorización para volver a colocar solemnemente los “Santos Cristos” en las aulas de la escuela “Sarmiento” el día 31 de Octubre (1943), fiesta de Cristo Rey” ese año; también para bendecir las aulas y la bandera que estaban sin bendición. Estas eran, en su orden, las peticiones principales de la nota, pues eran las que tenían más relación con los hechos acaecidos en Octubre de 1942. La nota cursada terminaba así: “No dudando que el Señor Presidente y H. Consejo comprenderán la importancia y trascendencia de esta presentación, que hago en nombre de una población ultrajada en sus sentimientos religiosos, aprovecho la oportunidad para presentarle mis saludos más respetuosos “. La nota lleva la fecha 8 de Septiembre de 1943. Recién el 27 de Septiembre se produce la contestación, y admírense Uds. , se da permiso para bendecir el edificio y bandera para que asistan las escuelas fiscales y se promete designar un representante del Consejo, que todo esto se pedía en la nota, pero se niega la autorización para que vuelvan los Crucifijos a la escuela “Sarmiento”, “por cuanto —reza la nota—-a las escuelas del Estado concurren niños de todos los cultos”. Tan inesperada respuesta me hizo comprender que en el Consejo General de Educación seguían prevaleciendo elementos laicistas, entre los que quedaba el Secretario, que era el mismo del anterior Presidente. Estos fueron los que más hicieron desde el Consejo por alejar a Cristo de las escuelas. Inmediatamente renuncié a las concesiones que se hacía al petitorio, con nota, fecha 30 de Septiembre de 1943, la que entre otras cosas decía: “Obra en mi poder su nota, sin número, fecha 27 del cte., por la que se me comunica la resolución recaída en mi petitorio del 8 del cte., referente a la vuelta de los “Santos Cristos” a la escuela “Sarmiento”, de donde fueron retirados el 9 de Octubre de 1942 por orden terminante del entonces Presidente del Consejo.... “. “En este caso especial, mi conciencia de sacerdote y la causa que defiendo me dicen señor Director, que no debo aceptar las concesiones que me hace la resolución citada respecto u los puntos b), c) y d) de mi presentación, al no haberse accedido a lo que era fundamental en mi petitorio, a saber, la vuelta de los “Santos Cristos” a las aulas de la escuela “Sarmiento”, sin lo cual no quedaría desagraviado Nuestro Señor del ultraje recibido, ni satisfechos los anhelos legítimos de una población católica. Sírvase, pues, el Señor Director dar por retirada mi petición en todos sus apartados “. Las notas de este incidente se conservan en el Archivo Parroquial de Leones. Intervención Providencial. Así quedamos de nuevo a la espera de tiempos mejores, que no tardaron en llegar. Sin saber estábamos cuando, ni como podríamos reiniciar nuestras gestiones. Dios, en quien confiábamos, lo proveyó todo.... y con creces. Era el 14 de Noviembre de 1943. Me encontraba recién llegado a Córdoba, para tomar los santos ejercicios espirituales. Estando en esa Santa Casa me llama por teléfono desde Alta Gracia el Dr. Manuel Augusto Ferrer. Era el Dr. Ferrer Vocal del Consejo de Educación de la Provincia. Yo no lo conocía. Pero él. Sabedor de la injusticia que había cometido el Presidente o Director del Consejo con su negativa a reponer los Crucifijos, se interesó en hablarme aquel 14 de Noviembre. Llamó primero por teléfono a la Casa Parroquial de Leones, y como le dijeron que yo estaba en Córdoba, para entrar a Ejercicios Espirituales, se dirigió telefónicamente a la Casa de Ejercicios. Explicado el motivo, me dijo que había pedido conocer el expediente formado con mi solicitud, enterándose con pena y vergüenza de lo sucedido, y me prometió, en reparación, presentar en reunión del Consejo un proyecto por el que permitiera colocar crucifijos en todas las escuelas de la Provincia. Yo quedé muy contento, dando gracias a Dios. En Ejercicios no se leen diarios, ni se reciben noticias. Pasada la semana que duran los Santos Ejercicios, al salir de ellos supe que los diarios habían publicado la sensacional noticia: el Consejo permite colocar Crucifijos en las escuelas de la Provincia. Alabado sea Dios! La causa que defendía Leones había triunfado: Cristo, Nuestro Señor, volvería no solo a la escuela, “Sarmiento” de Leones, sino que tendría entrada en todas las escuelas de la Provincia. Dios se lo pagará Dr. Manuel Augusto Ferrer. emoción patriótica.“Un día espléndido acompañó todos los actos. Se iniciaron éstos en la Capilla del Corazón de Jesús con la Misa de acción de gracias, que se ofició ante un público numeroso que desbordaba la Capilla. Las bombas con sus estampidos, la Banda de Música con sus apropiadas ejecuciones, los coros parroquiales con seleccionado repertorio. el flamear de las banderas, los arcos de triunfo, el pueblo que se apretujaba, todo contribuyó a dar brillo y vida a la solemne entrada del Señor a su escuela, entre ensordecedores vítores y aplausos .-”Ubicada la concurrencia frente a la escuela, el sacerdote bendijo los nuevos crucifijos la escuela y el comedor escolar” “Bendecida la bandera, fue izada por el Sr. Secretario de la Municipalidad. Acallados los aplausos, la Banda de Música ejecutó el Himno Nacional que coreado por los conjuntos parroquiales, fue seguido por el público.” “El Párroco en su discurso expresó la satisfacción que le embargaba al volver los Crucifijos a su escuela. Niños escolares llamaron la atención por sus declamaciones ‘“Acto seguido se inició la colocación de los Crucifijos, uno de los ya famosos en la Dirección, y nuevos en aulas y comedor escolar. La colocación estuvo a cargo de los presidentes de diversas instituciones parroquiales y presidenta de la Cooperadora Escolar”, “Los pizarrones habían sido adornados con gráficos y leyendas alusivas, que fueron comentadas con elogio ““La concurrencia escuchó con interés y complacencia la palabra de la Directora Sra. Felisa López Vinuesa de Buthet, que fue muy felicitada’ “Tras la consagración de la Escuela al Sagrado Corazón de Jesús, que recitó el párroco, la Banda de Música tocó la marcha final; al mismo tiempo se oían vivas a los “Santos Cristos”, a la Religión y a la Pat ria”. “Además de las autoridades y docentes que presidieron el acto, se comentó, favorablemente la presencia de la Rda. Madre Superiora del colegio “La Inmaculada” de Marcos Juárez, y de la Hermana Stella García, hija de este pueblo” Hasta aquí el cronista.
— LA MAYOR GLORIA DE DIOS —
Capítulo VII
EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”. —APROBACIÓN DE LA DEVOCIÓN. — PETITORIO ELEVADO AL ARZOBISPADO CON TAL OBJETO. LETRAS DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR ARZOBISPO. — IMPRESIÓN DE HOJAS RECORDATORIAS.
Sobre la designación de la devoción a lo “Santos Cristos” con el nombre de ‘‘El Santo Cristo de la Escuela” escribíamos en la revista parroquial “ La Familia Cristiana” del 1 ° de diciembre de 1949 lo siguiente: “La devoción tan arraigada ya a los Crucifijos que estuvieron en la Escuela “Sarmiento” de la localidad, y que desde el principio fue llamada de los “!Santos Cristos”, bien merece llevar un nombre que la haga más comprensible y popular no sólo en la Provincia, sino también en la República a donde va extendiéndose la forma prodigiosa de estos humildes Crucifijos . Si de cambiar nombre se trata, nos parece que hay motivos abundantes para llamar a los ‘‘Santos Cristos “con el título muy merecido de “EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”Después se hace en dicho artículo un resumen de las razones que habíamos de exponer ante la Curia Eclesiástica del Arzobispado en el alegato que se iba a presentar pidiendo la aprobación de dicha devoción. El alegato presentado al Arzobispado dice así: Leones. Diciembre 15 de 1949. Excelentísimo Señor Arzobispo Mons. Dr. Fermín E. Lafitte. CÓRDOBA Excelencia Reverendísima: El infrascrito Cura Párroco de LEONES ante V.E.R. respetuosa y humildemente expone: Que la devoción, tan arraigada ya a los Crucifijos que estuvieron en la escuela ‘‘Sarmiento’’ de esta localidad, devoción que desde un principio fue llamada de los “SANTOS CRISTOS “ bien merece llevar un nombre que la haga más comprensible y popular ya que se trata de un culto que ha rebasado ampliamente los límites de la parroquia, como se comprueba por los promesantes que llegan de otras partes. Por ello, me ha parecido bien, después de larga reflexión , solicitar de V.E.R. quiera autorizar oficialmente el que esta devoción sea llamada con el nombre de EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA, designación que la juzgo muy apropiada por las razones que sintéticamente paso a exponer:
1º) Que la escuela “Sarmiento” de Leones fue la única de la Provincia que tenía crucifijos en sus aulas (cuatro). colocados por el Consejo Catequístico Parroquial el 2 de Agosto de 1937, cuando dicha escuela era de la ‘Municipalidad. y que, al pasar a pertenecer a la Provincia en el año 1938, los Crucifijos continuaron en su lugar hasta el 9 de Octubre de 1942, fecha en que fueron retirados por orden del entonces Presidente del Consejo Provincial de Educación. 2ª) Que la parroquia de Leones recogió en su templo a los Crucifijos, los defendió, los desagravió y no se dio tregua hasta volverlos victoriosos a su escuela el 16 de Abril de 1 944, dejando uno de estos volviendo los otros a la iglesia parroquial, para no dejar interrumpida la sólida devoción comenzada en torno a los “Santos Cristos”, como los fieles diéronles en llamar. En Las aulas y comedor escolar se colocaron nuevos crucifijos, iguales a estos históricos. 3ª) Que La actitud serena y valiente de la parroquia de Leones ante las nuevas autoridades del Consejo de Educación de la Provincia fue motivo para que éstas en Noviembre de 1943 otorgaran el permiso para colocar el Crucifijo en todas las escuelas de la Provincia. Para esto contamos con el decidido apoyo del entonces Vocal del Consejo Dr. Manuel Augusto Ferrer. 4ª) Que mientras esta parroquia de Leones se jugaba por la vuelta de Cristo a las escuelas, ocurrió el hecho inesperado y providencial de La recuperación de la escuela argentina para la enseñanza religiosa el 31 de Diciembre de 1943, decreto que había de convertirse en ley de la Nación en Abril de 1947. Las razones expuestas, avaloradas por una serie interminable de gracias y favores obtenidos por los fieles que invocan a los “Santos Cristos”, me he movido a solicitar de V.E.R. la aprobación de esta devoción con el significativo y simbólico nombre de El Santo Cristo de la Escuela que recuerda siempre hechos tan trasciendentales para la escuela argentina .Dejo lo que antecede librado al superior criterio de V.E.R..a quien Dios guarde muchos años. Efraín T. Quinteros. Cura Párroco.” Las Letras de aprobación de la Curia Eclesiástica de Córdoba son del tenor siguiente:
Nos el Dr. Fermín E Lafitte, por gracia de Dios, y de la Santa Sede, Arzobispo de Córdoba en la República Argentina VISTA la solicitud a Nos elevada por el Señor Cura Párroco de Leones a fin de recabar de Nos la correspondiente aprobación eclesiástica de la devoción a Jesús Crucificado bajo la denominación de “ EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA” atentas las razones de origen histórico señaladas y circunstancias de carácter local que hacen que dicha devoción se encuentre ya arraigada entre los fieles de la Parroquia, y sin que ello signifique la introducción en el culto divino, público o privado, la veneración de imagen alguna insólita toda vez que se trata de una denominación puramente extrínseca de la devoción universal al Señor Crucificado:
POR LAS PRESENTES LETRAS:
A norma del canon 1261. 1ª y 1279 del C. de D.C. de D.C. aprobamos y permitimos la devoción a Jesús Crucificado bajo la denominación de “ EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA” y la pública veneración de la imagen expresada.
DADAS en Córdoba a 2 de Febrero del Año Santo de mil novecientos cincuenta.FERMÍN Arzobispo de Córdoba .Iosé Tristón Liendo, Prosecretario
Impresión de hojas recordatorias. Un hecho de tanta importancia, como era la aprobación por parte de la Autoridad Eclesiástica de la devoción a los prodigiosos Crucifijos de la Escuela “Sarmiento” bajo el significativo nombre de “El Santo Cristo de la Escuela”, bien se merecía lo que se hizo; imprimir lujosamente en hojas de 4 páginas, de 23 ctms. de largo por 14 de ancho, las Letras del Excmo. Señor Arzobispo y el petitorio presentado, todo esto engalanado con el cliché del Santo Cristo de la Escuela. Estas hojas tuvieron la mejor aceptación de parte de los devotos, y su difusión evitó toda leyenda alrededor de los “Santos Cristos”. Final. Que esta historia, amable lector, haya conseguido lo que pretendía: hacer conocer el origen y desarrollo de esta nueva devoción a Jesús Crucificado bajo el nombre de “EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”, y que para muchos sigue siendo popularmente “LOS SANTOS CRISTOS”. Quiera Dios que a través de estas humildes páginas los lectores hayan ido descubriendo las finezas del Señor Crucificado para que con sus devotos, y al descubrirlas hayan sus corazones palpitado de deseos de amar y servir mejor a tan Bondadoso Redentor. Y puedan decirle con la contrición y dulzura del poeta: A vos corriendo voy, brazos sagrados, En la cruz sacrosantos descubiertos, Que para recibirme estáis abiertos, Y para no castigarme estáis clavados. A Vos, ojos divinos eclipsados De tanta sangre y lágrimas cubiertos. Que para perdonarme estáis despiertos, Y para no confundirme estáis cerrados. A Vos, clavados pies, para no huirme; A Vos, cabeza baja, para llamarme; A Vos, sangre vertida, para ungirme; A Vos, costado abierto, quiero unirme; A Vos, clavos preciosos, quiero atarme Con ligadura dulce, estable y firme.
EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”. —APROBACIÓN DE LA DEVOCIÓN. — PETITORIO ELEVADO AL ARZOBISPADO CON TAL OBJETO. LETRAS DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR ARZOBISPO. — IMPRESIÓN DE HOJAS RECORDATORIAS.
Sobre la designación de la devoción a lo “Santos Cristos” con el nombre de ‘‘El Santo Cristo de la Escuela” escribíamos en la revista parroquial “ La Familia Cristiana” del 1 ° de diciembre de 1949 lo siguiente: “La devoción tan arraigada ya a los Crucifijos que estuvieron en la Escuela “Sarmiento” de la localidad, y que desde el principio fue llamada de los “!Santos Cristos”, bien merece llevar un nombre que la haga más comprensible y popular no sólo en la Provincia, sino también en la República a donde va extendiéndose la forma prodigiosa de estos humildes Crucifijos . Si de cambiar nombre se trata, nos parece que hay motivos abundantes para llamar a los ‘‘Santos Cristos “con el título muy merecido de “EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”Después se hace en dicho artículo un resumen de las razones que habíamos de exponer ante la Curia Eclesiástica del Arzobispado en el alegato que se iba a presentar pidiendo la aprobación de dicha devoción. El alegato presentado al Arzobispado dice así: Leones. Diciembre 15 de 1949. Excelentísimo Señor Arzobispo Mons. Dr. Fermín E. Lafitte. CÓRDOBA Excelencia Reverendísima: El infrascrito Cura Párroco de LEONES ante V.E.R. respetuosa y humildemente expone: Que la devoción, tan arraigada ya a los Crucifijos que estuvieron en la escuela ‘‘Sarmiento’’ de esta localidad, devoción que desde un principio fue llamada de los “SANTOS CRISTOS “ bien merece llevar un nombre que la haga más comprensible y popular ya que se trata de un culto que ha rebasado ampliamente los límites de la parroquia, como se comprueba por los promesantes que llegan de otras partes. Por ello, me ha parecido bien, después de larga reflexión , solicitar de V.E.R. quiera autorizar oficialmente el que esta devoción sea llamada con el nombre de EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA, designación que la juzgo muy apropiada por las razones que sintéticamente paso a exponer:
1º) Que la escuela “Sarmiento” de Leones fue la única de la Provincia que tenía crucifijos en sus aulas (cuatro). colocados por el Consejo Catequístico Parroquial el 2 de Agosto de 1937, cuando dicha escuela era de la ‘Municipalidad. y que, al pasar a pertenecer a la Provincia en el año 1938, los Crucifijos continuaron en su lugar hasta el 9 de Octubre de 1942, fecha en que fueron retirados por orden del entonces Presidente del Consejo Provincial de Educación. 2ª) Que la parroquia de Leones recogió en su templo a los Crucifijos, los defendió, los desagravió y no se dio tregua hasta volverlos victoriosos a su escuela el 16 de Abril de 1 944, dejando uno de estos volviendo los otros a la iglesia parroquial, para no dejar interrumpida la sólida devoción comenzada en torno a los “Santos Cristos”, como los fieles diéronles en llamar. En Las aulas y comedor escolar se colocaron nuevos crucifijos, iguales a estos históricos. 3ª) Que La actitud serena y valiente de la parroquia de Leones ante las nuevas autoridades del Consejo de Educación de la Provincia fue motivo para que éstas en Noviembre de 1943 otorgaran el permiso para colocar el Crucifijo en todas las escuelas de la Provincia. Para esto contamos con el decidido apoyo del entonces Vocal del Consejo Dr. Manuel Augusto Ferrer. 4ª) Que mientras esta parroquia de Leones se jugaba por la vuelta de Cristo a las escuelas, ocurrió el hecho inesperado y providencial de La recuperación de la escuela argentina para la enseñanza religiosa el 31 de Diciembre de 1943, decreto que había de convertirse en ley de la Nación en Abril de 1947. Las razones expuestas, avaloradas por una serie interminable de gracias y favores obtenidos por los fieles que invocan a los “Santos Cristos”, me he movido a solicitar de V.E.R. la aprobación de esta devoción con el significativo y simbólico nombre de El Santo Cristo de la Escuela que recuerda siempre hechos tan trasciendentales para la escuela argentina .Dejo lo que antecede librado al superior criterio de V.E.R..a quien Dios guarde muchos años. Efraín T. Quinteros. Cura Párroco.” Las Letras de aprobación de la Curia Eclesiástica de Córdoba son del tenor siguiente:
Nos el Dr. Fermín E Lafitte, por gracia de Dios, y de la Santa Sede, Arzobispo de Córdoba en la República Argentina VISTA la solicitud a Nos elevada por el Señor Cura Párroco de Leones a fin de recabar de Nos la correspondiente aprobación eclesiástica de la devoción a Jesús Crucificado bajo la denominación de “ EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA” atentas las razones de origen histórico señaladas y circunstancias de carácter local que hacen que dicha devoción se encuentre ya arraigada entre los fieles de la Parroquia, y sin que ello signifique la introducción en el culto divino, público o privado, la veneración de imagen alguna insólita toda vez que se trata de una denominación puramente extrínseca de la devoción universal al Señor Crucificado:
POR LAS PRESENTES LETRAS:
A norma del canon 1261. 1ª y 1279 del C. de D.C. de D.C. aprobamos y permitimos la devoción a Jesús Crucificado bajo la denominación de “ EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA” y la pública veneración de la imagen expresada.
DADAS en Córdoba a 2 de Febrero del Año Santo de mil novecientos cincuenta.FERMÍN Arzobispo de Córdoba .Iosé Tristón Liendo, Prosecretario
Impresión de hojas recordatorias. Un hecho de tanta importancia, como era la aprobación por parte de la Autoridad Eclesiástica de la devoción a los prodigiosos Crucifijos de la Escuela “Sarmiento” bajo el significativo nombre de “El Santo Cristo de la Escuela”, bien se merecía lo que se hizo; imprimir lujosamente en hojas de 4 páginas, de 23 ctms. de largo por 14 de ancho, las Letras del Excmo. Señor Arzobispo y el petitorio presentado, todo esto engalanado con el cliché del Santo Cristo de la Escuela. Estas hojas tuvieron la mejor aceptación de parte de los devotos, y su difusión evitó toda leyenda alrededor de los “Santos Cristos”. Final. Que esta historia, amable lector, haya conseguido lo que pretendía: hacer conocer el origen y desarrollo de esta nueva devoción a Jesús Crucificado bajo el nombre de “EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA”, y que para muchos sigue siendo popularmente “LOS SANTOS CRISTOS”. Quiera Dios que a través de estas humildes páginas los lectores hayan ido descubriendo las finezas del Señor Crucificado para que con sus devotos, y al descubrirlas hayan sus corazones palpitado de deseos de amar y servir mejor a tan Bondadoso Redentor. Y puedan decirle con la contrición y dulzura del poeta: A vos corriendo voy, brazos sagrados, En la cruz sacrosantos descubiertos, Que para recibirme estáis abiertos, Y para no castigarme estáis clavados. A Vos, ojos divinos eclipsados De tanta sangre y lágrimas cubiertos. Que para perdonarme estáis despiertos, Y para no confundirme estáis cerrados. A Vos, clavados pies, para no huirme; A Vos, cabeza baja, para llamarme; A Vos, sangre vertida, para ungirme; A Vos, costado abierto, quiero unirme; A Vos, clavos preciosos, quiero atarme Con ligadura dulce, estable y firme.
(De Juan Manuel García Tejada, colombiano)
LAUDETUR JESUS CHRISTUS!
EL SANTO CRISTO DE LA ESCUELA
¡Santo Cristo de la Escuela,
Santo Cristo popular,
Tu presencia nos revela
un carisma singular.
De la cátedra divina,
que es, Santo Cristo, tu cruz
baja tu santa doctrina
a alumbrarnos con su luz.
Tu dolor y tu martirio,
por el mundo pecador.
te consumen como un cirio,
en el ara del amor.
Amparados con tus dones
eres símbolo de paz:
y este pueblo de LEONES
no te ha de dejar jamás.
Santo Cristo milagroso,
emblema de la Pasión,
tu amor misericordioso
sea nuestra salvación .
En las aulas de la Escuela,
Sigue siendo el Profesor
Divino, que nos revela
La gran lección del Amor.
FRANCISCO ORELLANO